Dos meses en el corazón de Europa; Eslovaquia: la guía definitiva

Acabo de llegar de Eslovaquia, un pequeño pero precioso e interesante país en el centro de Europa. Estuve allí durante dos meses, becado por el programa de la Comisión Europea Erasmus For Young Entrepreneurs. Durante ese tiempo, en el que colaboré con el desarrollo de la revista Modrá Lanovka (en español “El Teleférico Azul”) y con la creación de la web Tatry.es (en la que tienes muchísima información sobre el país en español), aprendí muchísimo, y viví muchas experiencias inolvidables: viajes, anécdotas, y un sinfín de aventuras. Pero este post no va de eso. Hoy quiero dar a conocer Eslovaquia, a través de mis vivencias personales.

Para los que no conocéis el país, este formó parte de la antigua Checoslovaquia, disuelta en 1993, dando lugar a la República Checa y a la República Eslovaca. Precisamente con el primero hace frontera por el noroeste, mientras que limita con Austria por el sureste, con Hungría por el sur, con Ucrania por el este y con Polonia por el norte. Se trata de una nación de unos 5 millones de habitantes, muy montañosa y verde, rica en ríos y lagos. El idioma oficial es el eslovaco (muy similar al checo), y su moneda es el Euro. Eso y poco más, era todo lo que yo sabía antes de llegar allí. A decir verdad, no tenía ni idea de cómo era el lugar. No es sencillo describirlo. Para hacer un relato lo más próximo posible a la realidad, dividiremos el contenido por categorías. Veamos.

Paisajes y ciudades

Štrbské pleso, un lago glaciar de montaña en los Altos Tatras, Eslovaquia.

El paisaje eslovaco es variado. Aunque la mayor parte del mismo es montañoso, lleno de bosques y lagos (como los que se ven en las postales suizas y canadienses), también se pueden encontrar algunas llanuras en el sur, en especial cerca de la frontera con Hungría, en las que abundan los cultivos de vid y de girasoles, entre otras cosechas.

Las ciudades tampoco son demasiado grandes en comparación con las españolas, pero son igualmente bonitas. Merece la pena visitar Bratislava y Košice. Si bien la primera no tiene grandes atracciones turísticas más allá del castillo y del centro histórico, es una urbe jovial y dinámica, con unas preciosas vistas sobre el Danubio. En cuanto a la segunda, destaca sobe todo, la mezcla de estilos arquitectónicos de sus edificios.

Precios y nivel de vida

La vida en Eslovaquia es muy parecida a la de cualquier otro país occidental. Obviamente, al ser una nación independiente desde hace relativamente poco, su economía y sueldos no son de los más altos de Europa, aunque las diferencias con otros países como España en ese aspecto no son muy grandes.

Los precios son algo más bajos, pero no demasiado. Resultan especialmente baratos el transporte, el alcohol, la comida y el ocio, aunque eso también depende mucho de la zona. En los lugares turísticos, los precios se incrementan notablemente, como es obvio.

Gente

Uno de los mejores activos de Eslovaquia es su gente. Aunque, al igual que en todos los países hay de todo, lo cierto es que la mayoría de los eslovacos que conocí son encantadores. Se preocupan por entenderte y hacerse entender y por ayudarte en todo lo que puedan. En general son trabajadores, y la mayoría son creyentes, bien sea bajo el paraguas del cristianismo o bajo el del protestantismo. Aunque al principio pueden parecer más fríos que los españoles y los latinos, la verdad es que si te ganas su confianza, tendrás en ellos grandes amigos.

Tanto si eres hombre y te gustan las mujeres con los ojos azules, verdes o grises, como si eres mujer y te gustan los hombres con esas características, Eslovaquia será un paraíso para ti en ese sentido. Otra cosa que me sorprendió para bien de los eslovacos es que muchísimos tienen un nivel de inglés más que decente, al igual que casi todos los jóvenes, por lo que si hablas este idioma, no vas a tener ningún problema para desarrollarte allí.

Clima

Yo he estado los meses de julio y agosto, por lo que no puedo hablar demasiado del clima en otras épocas del año. Sólo sé que es frecuente la nieve y las bajas temperaturas en invierno. En verano son frecuentes el calor y los cielos despejados, aunque no es extraño encontrarse repentinamente con tormentas pasajeras, especialmente en las zonas más montañosas.

Gastronomía

La gastronomía eslovaca tiene fuertes influencias de las cocinas húngara y polaca. Es frecuente encontrarse locales en los que se oferta el Gulash, una sopa típica de Hungría elaborada con carne de cerdo, especias, pimentón y cebolla. En algunos sitios, también se pueden encontrar los conocidos como Pierogi, una especie de empanadillas de pasta rellenas de carne o cualquier otra cosa que se te ocurra. Pero los platos más típicos de Eslovaquia son el Halušky (una especie de gnocchis), la Kapustnica (sopa de repollo) y los Langos (una especie de pan frito). De todos ellos destaca por su sabrosura el primero, aunque para gustos se hicieron los colores.

Pero no podemos dejar el apartado gastronómico sin hablar de la Kofola, la bebida típica de Eslovaquia y de la República Checa. Se trata de una cola similar a las marcas conocidas, pero con menos azúcar. Allí es más popular que dichas marcas. Está disponible en distintos tamaños y formas. Recomiendo probar la que sirven fría en una jarra grande, como si de cerveza se tratase. Y es que la cerveza también tiene una gran aceptación en Eslovaquia. Yo no he probado mucha, porque no me gusta, pero tienes un montón de marcas y variedades diferentes donde elegir.

Kofola, bebida típica eslovaca.
Halušky

Transporte

Para moverse por Eslovaquia, el mejor transporte es el tren. Se pueden encontrar billetes muy baratos (yo me crucé más de medio país por menos de 20 €), las conexiones son excelentes y la calidad de los vehículos, aunque inferior que en otros países occidentales, es más que aceptable. Cabe destacar, que en los viajes más o menos largos, en los trenes Intercity, regalan a los pasajeros un botellín de agua y un periódico del día en la lengua local. Además, hay wifi gratis, y las azafatas son muy simpáticas y amables. Si prescindes del tren, los autobuses también funcionan bastante bien.

Ocio, viajes y excursiones

Lago Dedinky, Eslovaquia.

Hay mucho que ver y que hacer en este hermoso lugar. Recorrer las principales ciudades del país, hacer senderismo u otros deportes en las montañas, relajarte en sus numerosos y magníficos balnearios distribuidos por todo el territorio, disfrutar del ambiente multicultural y dinámico de ciudades como Bratislava y Košice, tomar algo en sus terrazas o pubs (los hay para todos los gustos), salir de fiesta, visitar museos (existen de cualquier cosa que se te ocurra) o ir a un partido de fútbol o hockey sobre hielo (el deporte nacional) son solo algunas de las numerosas actividades que uno puede hacer en esta pequeña gran nación. Además, Eslovaquia está en el corazón de Europa, y tiene buenas conexiones con sus países vecinos, lo que supone una gran ventaja a la hora de viajar por la zona. Si estás en Bratislava, puedes visitar Viena, que está a unos 60 km, por poco dinero. Budapest también está cerca de la capital eslovaca. Si vas al norte (donde estaba yo), te recomiendo encarecidamente visitar Polonia, especialmente Cracovia, mi nueva ciudad favorita.

Iglesia de San José, Cracovia (Polonia).

Otras recomendaciones y consideraciones

Por lo general, Eslovaquia es un país seguro. Si lo visitas, en principio, no tendrías porque tener ningún problema. No obstante, deberás tomar las precauciones básicas que tomarías en cualquier otro país, como evitar lugares oscuros y solitarios y tener cuidado con tu cartera y objetos personales de valor, especialmente en los lugares con grandes aglomeraciones de gente, como las estaciones. También es relativamente frecuente encontrarse con personas (en su mayoría de raza gitana) que se acercan a ti para pedirte dinero en esos lugares. Yo te recomiendo que no les prestes demasiada atención, y que educadamente les hagas ver que no los entiendes o que no tienes dinero, aunque sea mediante mímica. En el 99% de los casos te dejarán en paz. Lo que no debes hacer nunca, bajo ningún concepto, es gritarles o enfrentarte a ellos. De lo contrario, la situación podría volverse peligrosa.

En los bares y restaurantes, es muy recomendable que, si pides agua, especifiques que la quieres sin gas (salvo que la quieras con gas), porque en casi todos la sirven con gas. Si quieres ganarte a la camarera o al camarero que te la sirva, puedes intentar pedirla en eslovaco. Se dice neperlivá voda (se pronuncia tal y como se escribe, pero sin hacer el acento en la -a).

Y bueno, hasta aquí todo lo que yo puedo contarte sobre Eslovaquia. Espero que te haya despertado el deseo de descubrir este pequeño pero hermoso país en un futuro. Až do ďalšej doby! (¡Hasta la próxima!).

Alberto Montero: "Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por aquellas que sí hiciste. Así que suelta amarras. Navega lejos del puerto seguro. Atrapa los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre" – Mark Twain.
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