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Rib eye
Rib Eye con puré de patatas y setas de La Marchante.

La Marchante, cocina con arte en el centro de Madrid

En La Marchante, se cocina con arte literalmente. Y, no es una forma de hablar. Se trata de un nuevo restaurante en Madrid (inaugurado hace tan solo 5 meses de la mano del Grupo Alrux Nova poseedor, también, de La Más Croqueta) que hace las veces, así mismo, de galería de arte. Ya lo dice hasta su evocador nombre del mundo artístico: La Marchante. Cada mes, se inaugura una nueva exposición de fotografías, pintura, poemas (actualmente, éstos son los protagonistas de octubre), etc, que amplía el hecho de comer, simplemente, a una experiencia cultural y artística que nutre tanto cuerpo como espíritu, algo tan completo y renacentista.  El restaurante se ubica en el barrio de Las Salesas, a dos pasos de Chueca, en un barrio elegante, culto, cercano al Teatro María Guerrero y a varios museos y salas de exposiciones. De ahí, “bebe” también sus influencias culturales.

Sala de La Marchante con su galería de arte.

Pero, si en La Marchante, se come con arte en el entorno, no podemos obviar el hecho de que su cocina tiene, también, este toque artístico y creativo, por su extraordinaria calidad. Podemos decir que estamos ante una gastronomía que pretende, y lo consigue, ser de autor, con toques personales y originales, que fusionan diferentes cocinas del mundo, como la española, la mexicana, la asiática en general…Todas las materias primas son de calidad suprema y se miman con “arte” en sus fogones. Lo que más llama la atención de este restaurante es que se sale de lo corriente. No estamos ante los típicos platos recurrentes en muchos establecimientos de la capital, sino que hay un esfuerzo por ser diferentes.

Canelones de pollo de corral y texturas de maíz.

La cocina de producto se puede degustar tanto en la planta baja del local (más versada hacia el picoteo de barra), como en la de arriba, donde se encuentra también la galería de arte.  El ambiente de La Marchante es relajado, tranquilo y su decoración se basa en líneas sencillas de tonos claros, donde predominan los beiges, blancos, grises…Mesas de madera rústica con una decoración de botellas de vino, libros de arte y hasta un pequeño jardín vertical componen un lugar agradable y sosegado donde se respira arte y calidad gastronómica, todo ello acompañado de un servicio amable y solícito.

Barra de La Marchante en la planta baja.

La carta, está dividida en los apartados de los cuatro elementos: Tierra, Agua, Aire y Fuego, más los postres.  La primera propone platos más bien de verduras. Algunos tan apetitosos como unas alcachofas crujientes con pesto de tomate seco y jamón, tiernas y sabrosas (de las mejores que he probado).

Alcachofas.

En cuanto a Aire, no podemos olvidarnos del pulpo coreo-mexicano que son unos tacos rellenos de pulpo y aguacate, que resulta fresco, rico y picantito, aderezado con una salsa kimchi que nos fusiona dos continentes en un solo plato.

Tacos coreo-mexicanos de pulpo.

En Agua, predominan los pescados como el bacalao con piquillos, el trío de ceviches o el tartar de salmón. El Aire lo componen, entre otros, platos de arroz y, finalmente, Fuego presenta, como no podía ser de otra manera, las carnes. Destacan, el steak tartare (ahumado con setas y castañas), ideal para los amantes de la carne cruda, el excelente rib eye con puré de patata y cremoso de setas y los deliciosos y untuosos canelones de pollo de corral con texturas de maíz. No hay que olvidarse de probar las mantequillas de remolacha y aceituna, como preámbulo de la comida.

Mantequillas de remolacha y aceituna.

Los postres presentan varias propuestas interesantes como la tarta de queso, pero quizás menos original que la tarta de limón deconstruida que, además, de divertida, es suculenta.

Tarta de limón deconstruida.

Una bodega con más de cuarenta referencias de vinos provenientes de diferentes lugares del mundo, un “Plan Gastro”, Menú Degustación de siete actos que celebra los mejores platos de su carta, un Brunch, disponible los sábados y domingos y una “Degustación de vino”, que incluye la cata de cuatro caldos junto con cuatro maridajes completan la suculenta y artística propuesta de uno de los nuevos restaurantes de Madrid más prometedores.

Dirección: c/ Conde de Xiquena, 2 – Madrid

Precio medio restaurante: 35 euros. (barra: 20 euros)

www.lamarchante.es

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Acerca de Carmen Pineda

Inquieta, rigurosa, sensible y amante de la cultura (sobre todo el cine), el turismo, la gastronomía y los viajes. Me gusta comunicar y escribir sobre mis experiencias y sobre el mundo en general.

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