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Monasterio de Piedra
Al interior del Monasterio.

Monasterio de Piedra (en Zaragoza, España)

Ni un ruido intramuros. Aproximadamente dos metros de muro lo impiden y frecuentes rótulos distribuidos a lo largo de los corredores del hotel, recuerdan el valor del silencio.

En el exterior, la historia de un monasterio, que se enorgullece de ser el primer lugar de Europa donde se elaboró chocolate con semillas de cacao traídas de América, rivaliza con la belleza natural que a la zona imprimen las numerosas cascadas que convierten en vergel unos terrenos que nada tienen en común con los colindantes. La historia se lee en cada piedra de este monasterio cisterciense al que perteneció  también el actual edificio convertido en hotel. Un hotel, catalogado de histórico, con sobrias habitaciones, pero no espartanas ni diminutas como lo fueron las celdas que ocuparon los monjes cuya superficie era hasta cuatro veces menor.

El monasterio de Piedra, que tuvo 3 ubicaciones hasta terminar en la actual y definitiva, se construyó con piedra caliza, tan fácil de tallar como susceptible de deterioro. Los robos y el agua han afectado a su conservación, en la que se trabaja incansablemente. De propiedad privada, los dueños no pretenden su reconstrucción y apuestan por la recuperación y mantenimiento de los elementos que han sobrevivido a irracionales e insensibles ataques. Por fortuna, las labores que se llevan a cabo, y la majestuosidad de la propia construcción realizada sobre lo que en su día fue un castillo, del que se han conservado algunos elementos, permiten imaginar sin esfuerzo lo que, en origen abarcaba el monasterio.

al interior del monasterio
Al interior del monasterio.

Letrados monjes del cister,  legos conversos junto con canteros de la zona se encargaron de la edificación del monasterio, construido para máximo aprovechamiento de la luz que se cuela por las ventanas de alabastro levantadas para mantener aislados a los monjes de clausura . El claustro, que imita el jardín del Edén como todos los cistercienses, se rodea de 26 arcos apuntados y bóvedas de crucería simple y ejerce de distribuidor de cada una de las estancias. Desde él se accede a la sala capitular, con 4 columnas policromadas del siglo XIV.

Sala Capitular
Sala Capitular. Además de lugar de enterramiento de los abades, la sala se destinaba a las diarias reuniones del abad y los monjes. Los pecadores, de rodillas en el centro, confesaban su falta en público y eran castigados siendo con castigos morales.

A la construcción, que apenas superó las dos décadas, contribuyeron los nobles con la compra de nichos en la cripta de la iglesia y pasillo principal del claustro. El altar barroco dedicado al fundador de los benedictinos se ubica en el lugar que, hasta el siglo XVIII, ocupaba la biblioteca que se  trasladó a la planta superior. Objeto de saqueos durante los 3 periodos de abandono; el definitivo en 1835 a consecuencia de la desamortización de Mendizabal, la imagen manca y descabezada de San Agustín, da acceso a la puerta de Santa María de Piedra que da paso a la iglesia que sufrió los desmanes de los guardianes quienes vendieron las tejas, provocando así el derrumbe de la bóveda gótica y el consiguiente daño en la piedra caliza.

Iglesia sin tejado
Los daños de la construcción levantada en los siglos XII y XIII se deben no sólo a los efectos del calor o de la lluvia; sobre los frescos, columnas y paredes proliferan numerosas pintadas. Eric el Belga también pasó en la década de los 70 por el Monasterio de Abalos y a él se le atribuye el robo de la imagen de Santa maría de Piedra, que sigue sin ser localizada.
fresco
El retablo barroco en yeso policromado sufrió también la falta de vigilancia en el monasterio, declarado monumento nacional en 1983. 
San Agustín
Los asaltantes creyeron que los monjes podrían haber ocultado riquezas en el interior de las estatuas que fueron arrasadas sin conseguir lo que pretendían ya que los cistercienses practicaban los votos de pobreza.
iglesia exterior
La luz consigue colarse por las ventanas de alabastro e infiere al interior y exterior del edificio un halo de misterio.
capilla san inocencio
Adjunta a la iglesia los monjes edificaron una capilla dedicada a San Inocencio el mártir donde se han llevado las últimas labores de restauración.

Románico, gótico y ocasionalmente barroco e incluso mudéjar conviven con marcas templarias en el monasterio que, 5 años después de la desamortización, en 1840, salió a subasta pública siendo comprado en 1843 por Pablo Montadas. Desde entonces, tanto el monasterio como el resto del conjunto que engloba parque y hotel permanecen en manos privadas. La torre del Homenaje, que ha sido restaurada, la muralla que rodea al monasterio y algún pasillo empedrado utilizado por los legos conversos para acceder a la iglesia desde el que hoy se accede al Museo D.O de Calatayud, son algunos de los pocos restos que se conservan del castillo que se levantó en primer lugar sobre los terrenos próximos al río Piedra. Los monjes cistercienses supieron aprovecharlo para ensalzar la importancia del agua. Un agua que corre milagrosamente por una comarca en la que escasea y que aquí se muestra exuberante en forma de cascadas y arroyos, alimentando a una exuberante vegetación que ha llegado a ser la base  de árboles centenarios y de un ecosistema con gran riqueza biológica.

plano del parque
Plano del parque.

El del agua y el gorjeo de los pájaros son los sonidos de este parque, perfectamente señalizado con indicaciones para realizar un recorrido circular de unos 5 km. en los que se puede invertir unas 2 horas. Mas, evidentemente, si se quiere disfrutar de cada rincón de este jardín histórico por el que asomen cascadas en sus diferentes formas, tamaños e intensidad de torrente.

Cascada
Cascada.

Casi tan bellas como las propias cascadas son los nombres con las se denominan: La Caprichosa, atronadora desde el mismo momento de entrar en el parque; Baño de Diana pequeñas cascadas que rodean a esta; Lago del espejo, al que la luz del atardecer potencia su belleza; y Gruta Iris, probablemente una de las visitas más impactantes que concluye bajo la caída de la Cascada Cola del caballo, la mayor del parque con 50 metros de altura.

Cascada Cola del caballo
Cascada cola del caballo.
Cascada
Cascada
cascada
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Acerca de Araceli Viqueira

🇪🇸 Despierta imaginaba visitas a lugares desconocidos hacia los que no sabía dirigir mis pasos. El tiempo, el mismo que a veces perdemos, y la curiosidad innata han sido mis aliados. Por fortuna, combinar trabajo y placer hace más fácil mantener la misma ilusión que hace décadas.

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