¿Estudiar turismo en tiempos de COVID-19?

Sin temor a equivocarme, se puede asegurar que uno de los sectores de la economía mundial más afectados por la pandemia del COVID-19 ha sido el turismo; cancelación de viajes, restricciones fronterizas, aerolíneas y hoteles en bancarrota, trabajadores del sector sin empleo, conflictos políticos a nivel país, una posible eliminación del MINTUR (Ecuador), y toda una serie de aspectos negativos que han tenido una fuerte repercusión en el quehacer turístico. 

Sin embargo, ante todas estas adversidades, también hemos recibido noticias positivas, se han desarrollado protocolos de bioseguridad para establecimientos de alimentos y bebida y se sigue esta misma línea para otras actividades de ocio y entretenimiento, se han generado grupos de trabajo integrados por académicos, técnicos, profesionales de sector, actores comunitarios, entre otros, que a la fecha han forjado propuestas de sobremanera interesantes para recuperar el turismo durante la pandemia y posterior a esta. Siguiendo esta misma línea propositiva, las universidades y algunos centros de formación han implementado una extensa cantidad de cursos virtuales y webinars dirigidos al sector. 

Empero, ¿qué pasa con los estudiantes de turismo? Sabemos que el virus también los ha golpeado y los ha sacado de su zona de confort, puesto que los ha trasladado a un escenario estrictamente virtual, situación que descompagina con la enseña turística, que por lo general es práctica, vivencial y de contacto. Si bien el turismo ha vivido un proceso evolutivo significativo hasta llegar a una amplia comercialización de productos, servicios y destinos en formato virtual a través de las Online Travel Agency (OTA), o los Sistemas de Distribución Global (GDS) y algunos otros buscadores especializados, esto no necesariamente implica que la educación en turismo deba únicamente someterse a parámetros de virtualización. Hago eco de las palabras del maestro Enrique Cabanilla: “es necesario que humanicemos el turismo, ahora más que nunca”, es esta, una invitación a trabajar por recuperar el sector y que involucra a los cuerpos estudiantiles en el proceso como generadores de ideas de cambio y adaptación a una nueva realidad donde es necesario crecer en valor, antes que en volumen.

Esta breve antesala, nos traslada a una pregunta que quizá en los últimos meses todos nos hemos planteado: «¿vale la pena estudiar turismo?». Con plena seguridad les digo que sí, debemos ver la crisis y el caos como una oportunidad en la que se generen nuevas ideas y modalidades de turismo; ya no es tiempo de emplearse únicamente, es tiempo de emprender y generar empleo, esto como parte del efecto multiplicador del turismo. Por otro lado, las personas no dejarán de viajar, es decir que, las oportunidades para el sector no van a cesar. Las tendencias actuales apuntan a que el turista estará buscando nuevas modalidades de turismo que generen bienestar, salud y una experiencia de seguridad, es aquí donde aparecen los escenarios rurales, que han sido muy poco aprovechados y son capaces de provocar tales sensaciones. Además, es necesario recuperar la confianza de visitar el destino, esto implica desarrollar estrategias integrales que bien podrían nacer desde el estudiantado. Estudiar turismo siempre será una oportunidad de aprender, su carácter multidisciplinar convierte al estudiante en polímata y la facilidad con la que se puede relacionar con otras ramas del saber le abre un abanico de oportunidades en el mundo profesional. Es momento de mantenernos resilientes y hacer de esta característica nuestro estandarte para salir triunfantes y reinventados. En ese sentido, si se encuentran estudiando turismo ¡adelante, no se detengan! muchos hablan del turismo como la “profesión del futuro”, una idea para nada descabellada si revisamos el crecimiento turístico que ha vivido el mundo en los últimos años. 

Isidro Alcívar Vera: 🇪🇨 Es Ingeniero en Administración de Empresas Turísticas, con un Máster en Gestión de Empresas Turísticas. Investigador acreditado por la SENESCYT-Ecuador en temas relacionados al turismo: rural, comunitario, sostenible y arqueológico. Escribe para los periódicos El Mercurio y El Diario.
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