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Balcón del Aldarve
Balcón del Aldarve de Priego de Córdoba.

Descubriendo la cultura y la gastronomía de Priego de Córdoba

“Por Priego no se pasa, se va para siempre”, esta frase, expresada por el padre de Lucía, técnico de turismo de Priego de Córdoba, resume muy bien el sentido de por qué hay que ir a esta bella ciudad andaluza de 22.000 habitantes. Después de mi viaje a Priego, la corroboro al cien por cien.

Olivo de la Finca de Legado Español
Detalle de un olivo de la Finca de Legado Español.

Situada al lado de la sierra de la Subbética, Priego tiene el hándicap de no estar muy visitada al absorber Córdoba capital, casi todo el turismo. Sin embargo, Priego bien vale una visita porque además de ser una joya histórica del barroco puro cordobés, que encontramos en varias de sus iglesias como la de la Asunción (espectacular), tiene otros atractivos para el viajero tanto dentro de su urbe, como en los extensísimos campos de olivos, donde los productores de aceite, como por ejemplo, los de Legado Español, elaboran un  riquísimo AOVE (aceite de oliva virgen extra) de alta calidad, con la variedad de aceituna picudo, en su gran mayoría, además de fomentar el oleoturismo con catas, visitas a sus olivos centenarios o apadrinamiento de éstos. El aceite enriquece la interesante gastronomía de la región. Pero, además, no podremos marcharnos de Priego sin comprar algunos productos típicos como los dulces isabelas, el turrolate (chocolate con almendras y canela que todos los niños de Priego meriendan) o el embutido “Relleno de Carnaval” de pavo, pan, cerdo, huevo duro y especias.

Legado Español con flor Sierra de Jabugo
Productos típicos de Córdoba: el aceite de oliva virgen extra de Legado Español y el jamón de bellota Sierra del Silencio.

Priego, una joya para descubrir

Priego, situada entre Córdoba y Granada, se encuentra a 4 horas de Madrid por carretera. Esta bella ciudad cordobesa es todo un descubrimiento para aquel que se acerque, porque además de su rico patrimonio, será recibido con simpatía y hospitalidad. Con las calles encaladas e impolutas y sus casas señoriales, la ciudad se encuentra en un promontorio de 659 metros sobre el nivel del mar. Desde el Balcón del Aldarve, un precioso alto natural, se pueden divisar las provincias de Granada, Jaén y por supuesto, Córdoba. Es, además, el epílogo del Barrio de la Villa, un bellísimo rincón de casitas blancas bajas, estrechas callejuelas, adornadas con jazmines y geranios, al estilo de las que existen en Córdoba.  Aquí, con la ventaja de ser menos turístico, pudiéndose visitar con más tranquilidad.

Torre del Homenaje
Torre del Homenaje del Castillo.

No hay que dejar de visitar el Castillo del siglo XIII, actualmente en renovación, una antigua defensa militar, en la que destaca la imponente Torre del Homenaje, declarada Monumento Nacional o el antiguo matadero de las Carnicerías Reales (s. XVI), con su manierista patio porticado y su sala de exposiciones en la planta baja a la que se accede por una imponente escalera de caracol.

Barrio de la Villa
Barrio de la Villa de Priego de Córdoba.

Priego tiene bellos jardines con espléndida vegetación y magníficas estatuas como las de los jardines de Colombia. La imponente Fuente del Rey recuerda a un mini Versalles, siendo el monumento más emblemático de la ciudad. Y, como no podía faltar en Andalucía, las Iglesias son numerosísimas. Destacan la de la Asunción, modelo de barroco puro, sin policromado, con su  maravilloso Sagrario y su cúpula que nos dejará boquiabiertos, o la de la Aurora, destino del turismo religioso o patrimonial por excelencia, ya que todos los sábados del año (salvo tres), salen los “hermanos” devotos de la Aurora, a las 12 de la noche, para cantar por toda la ciudad. . Destaca como alojamiento en Priego, el  bonito Hotel Rural Huerta de las Palomas, donde la acogida es simpática, las habitaciones de estilo rústico, situadas en torno a un patio andaluz.

Carnicerías Reales
Carnicerías Reales.

Gastronomía en Priego: aceite de oliva y mucho más

Priego, además de ofrecer cultura patrimonial, tiene una oferta suculenta de gastronomía. Empezando por su “oro líquido”, el aceite de oliva extra virgen (AOVE). La comarca posee la denominación de origen (D.O) del aceite de Priego de Córdoba, considerado uno de los mejores del mundo. Muchos productores elaboran AOVES magníficos, cuyas propiedades para la salud son notables como ser anticangerígenos, antioxidantes  o tener propiedades similares a las del ibuprofeno. Los sabores de sus aceites recuerdan a las tomateras y a la hierba verde recién cortada. Uno de los mejores que he probado en mi periplo andaluz ha sido el Legado Español, por su sabor afrutado, su delicadeza y su intensidad. Un aceite que marida perfectamente con alimentos andaluces tan exquisitos como el jamón de bellota de Jabugo o los vinos de la denominación de origen de Montilla Moriles.

Vinos de Montilla Moriles
Cuatro vinos distintos generosos de Montilla Moriles.

El jamón de bellota o ibérico es, indiscutiblemente, uno de los mejores del mundo. En concreto, tuve el placer de probar el de Flor Sierra de Jabugo, de Sierra del Silencio, empresa que pertenece al grupo Vallcompanys,  y que llama la atención por su sabor dulce, gustoso y nada salado. Esto se lo da el que esté infiltrado en un 50%, teniendo vetas que le aportan jugosidad.

En cuanto a los vinos, no se puede dejar de catar la variedad de los Montilla Moriles, si se visita Córdoba. Desde un vino joven blanco, un fino de 8 años de Pedro Ximénez, un amontillado de 50 años que ha estado más de 15 años bajo “velo de flor” y que va perfectamente con verduras como las alcachofas,  hasta un oloroso de 25 años, ideal para los platos de caza o un Pedro Ximénez que casa con los postres, todos son excelentes y muy generosos (15-22 grados).

salmorejo de fresas
Salmorejo de fresas (sopa de tomate, AOVE y fresas).

Las recetas que podemos probar en Córdoba van de las más clásicas en lugares como el Restaurante Rio, que existe desde 1955, donde Manuel, su gerente atienda a sus comensales con hospitalidad y profesionalidad.  Además de acompañarse de AOVES, aceitunas, jamón de bellota o patatas fritas “San Nicasio”, elaboradas en Priego, la carta de Río se compone de delicias típicas de la zona como el paté de perdiz casero con mermelada de pimientos asados, un exquisito salmorejo de fresas, un remojón de naranja, con bacalao, ajo y pan de higos, un revuelto de collejas (verduras parecidas a las espinacas) con gambas y jamón o medallones de rabo de toro deshuesados, entre otros platos.

El AOVE  también está presente en la cocina del Hotel Huerta de las Palomas, donde preparan bacalao al horno con aceite de oliva extra virgen o helado de AOVE con Turrolate. Para los que quieran innovar gastronómicamente, el gastrobar Zyrah, permite degustar vinos y platos modernizados como las croquetas de arroz negro y alioli, los canelones de carrilera ibérica o los saquitos de bacalao.

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Acerca de Carmen Pineda

Inquieta, rigurosa, sensible y amante de la cultura (sobre todo el cine), el turismo, la gastronomía y los viajes. Me gusta comunicar y escribir sobre mis experiencias y sobre el mundo en general.

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