Entre la gran variedad de tipos de turismo que existen en la actualidad, el turismo indígena se ha posicionado como una actividad en crecimiento, con gran apertura para el empoderamiento y desarrollo socioeconómico de los pueblos originarios en diferentes partes del mundo.
Y esto no es casualidad, puesto que el viajero cada vez demanda experiencias más genuinas, que no se limiten solo a recrear, sino que también promuevan el aprendizaje de la sabiduría ancestral, prácticas sostenibles y, por supuesto, el contacto con la naturaleza. Sin embargo, existe cierta ambigüedad al momento de diferenciar el turismo indígena de otras tipologías como el etnoturismo y el turismo rural.
Según Magdalena Morales González (2008), el turismo indígena se puede entender como la actividad donde las comunidades y pueblos indígenas ofrecen al visitante diversas experiencias con la finalidad de compartir sus tradiciones y usos, bajo el control de la propia comunidad, buscando preservar la cultura y generar beneficios directos.
No obstante, es importante hacer énfasis en que el punto diferenciador es que cada uno de los proyectos y actividades integradas en este tipo de turismo está gestionado en su totalidad por los mismos pueblos indígenas, a través de cooperativas o esquemas de organización participativa en los que la comunidad tiene la toma de decisiones. Aunque esta característica se ha convertido en un valor agregado, también ha significado un reto para las comunidades, que han asumido el reto de capacitarse con o sin ayuda de organizaciones externas hasta llegar al punto de hacer del turismo indígena un referente para toda la actividad turística en diversos aspectos como el desarrollo sostenible, la inclusión y la economía circular, entre otros.
Por su parte, La Red Indígena de Turismo de México (RITA) define al turismo indígena como «aquel que se practica en los territorios indígenas y en el cual las tradiciones, la cultura, los usos y las costumbres, o parte de ellas, se encuentran presentes; es asimismo manejado, monitoreado y administrado por hombres y mujeres pertenecientes a un pueblo indígena exterior de nuestros pueblos y comunidades…»
El turismo indígena posee entre sus características, según Magdalena Morales González (2008), el promover un sistema de administración sostenible transversal, que involucra desde actividades de ecoturismo hasta temas de gestión y participación activa de todos los miembros involucrados, con la finalidad de garantizar el desarrollo comunitario mediante el acceso a tecnologías, información y capacitación continua, bajo la premisa de fomentar la conservación del patrimonio natural y cultural. Así mismo, este tipo de turismo prioriza la conformación de microempresas sociales en los territorios, que plasmen sus tradiciones y la identidad cultural de cada comunidad como sello distintivo.
Índice
Origen del turismo indígena
Aunque es complejo definir la fecha y el lugar exacto donde se originó el turismo indígena, puesto que no hay una documentación totalmente clara al respecto, sí es posible identificar por lo menos 5 diferentes fases en el desarrollo de la actividad.
El naciente interés por “lo indígena”
A partir de 1492, año en que Colón llegó al continente americano y se tuvo por primera vez la noción en Europa de la existencia de un nuevo mundo donde vivían sociedades con una forma de vida muy diferente a lo conocido, se despertó un gran interés en las diferentes estructuras sociales de la época.
Después de las guerras de conquista europea sucedidas a lo largo y ancho del nuevo continente, por medio del proceso de evangelización fue que se tuvo una mayor inmersión en el conocimiento de los diferentes pueblos indígenas, documentando su cosmovisión, sabiduría medicinal, conocimiento matemático y los distintos rituales religiosos. Como referentes se puede nombrar a franciscanos como Fray Bernardino de Sahagún, considerado “el primer etnógrafo de América”, Fray Toribio de Benavente, autor del libro “Historia de los indios de la Nueva España”, o el dominico Fray Bartolomé de las Casas, quien fue un arduo defensor de los derechos de los pueblos indígenas.
Exposiciones mundiales y exhibicionismo
En muchas ocasiones, el pasado trae a la memoria épocas oscuras y, lamentablemente, cuando se habla del turismo indígena, no es la excepción. Luego del invento de la fotografía en 1826 por Joseph Nicéphore Niépce, impulsado por una corriente de pensamiento colonialista, se popularizó en Europa y América la comercialización masiva de fotos utilizadas como postales donde se retratan, más por morbo que por interés genuino, a personas o grupos indígenas en sus entornos cotidianos. Algunos empresarios de aquel tiempo vieron en esto una oportunidad de lucrar, creando los human zoos en los que se exhibían a los indígenas como especies exóticas y world’s fairs donde se incluían pabellones enteros con muestras folclóricas de culturas originarias de América y África.
Nacimiento del etnoturismo
Ya en la segunda mitad del siglo XX, en 1977, de la mano de diferentes estudiosos de los ámbitos socioeconómicos y culturales, como fue el caso del sociólogo británico Anthony D. Smith, el término ethnotourism apareció para su uso académico. Este tipo de turismo se conceptualizaba como la comercialización del folklore y tradiciones de los pueblos indígenas y era operado por personas u organizaciones ajenas a las comunidades.
La inmersión de los proyectos comunitarios en la industria turística
En la década de 1980, las comunidades que venían de participar en esquemas de trabajo en los que solo se mercantilizaba su patrimonio cultural y natural, comenzaron a formar estrategias de negocio para brindar al turista diferentes experiencias, como visitas guiadas a zonas con valor arqueológico, venta de artesanías, así como rutas culturales y alojamientos comunitarios gestionados por ellos mismos.
Esto se logró gracias a un intenso proceso de lucha jurídica para conseguir la restitución de tierras y exigir el diseño de políticas públicas específicas para incentivar este tipo de turismo. El primer proyecto relevante de turismo indígena nació en Sudáfrica en 1995, cuando la comunidad Makuleke, quienes consiguieron tomar el control de todas las actividades turísticas en la sección Pafuri del Kruger National Park. Hecho que fue un precedente muy importante a nivel mundial.
Profesionalización del turismo indígena
Durante 1996, en la Columbia Británica, se creó el Indigenous Tourism BC, una organización sin fines de lucro que se dedica a capacitar a emprendedores y comunidades indígenas que buscan, por medio del turismo, crear negocios sostenibles. La premisa se basa en empoderar a las comunidades en temas clave como el diseño de productos turísticos, marketing, gestión y administración de recursos. A partir de ese momento, al pasar los años, los proyectos de turismo indígena se han multiplicado por todo el mundo.
¿Qué actividades comprende?
Sobre las actividades que se engloban dentro de este tipo de turismo, se puede partir de categorías como cultura, gastronomía y naturaleza, que abarcan una gran diversidad de actividades de ecoturismo, pesca artesanal, talleres artesanales, preparación de platillos tradicionales, participación de ritos o ceremonias ancestrales y recorridos por lugares sagrados de índole natural o arqueológica.
Organizaciones de turismo indígena
Algunas de las organizaciones especializadas en turismo indígena son:
World Indigenous Tourism Alliance (WINTA)
Organización sin fines de lucro ubicada en Australia, especializada en facilitar espacios para que distintos proyectos de turismo indígena de todo el mundo puedan encontrarse para intercambiar estrategias, saberes y puntos de vista, creando una red de apoyo y capacitación global.
Red Argentina de Turismo Rural Comunitario (RATuRC)
Es una organización civil que reúne a más de 70 experiencias comunitarias campesinas indígenas en Argentina para contribuir al desarrollo y autogestión de proyectos turísticos nacidos en comunidad, asegurando su capacitación y crecimiento.
Indigenous Tourism Association of Canada (ITAC)
Es una asociación especializada en proyectos de turismo indígena compuesta por empresas controladas totalmente por las comunidades, que busca crear vínculos entre el sector público y privado para apoyar el crecimiento de este tipo de turismo en Canadá.
American Indian Alaska Native Tourism Association (AIANTA)
Organización fundada por integrantes de tribus nativas de Estados Unidos con la finalidad de empoderar proyectos de turismo indígena; la integran distintas naciones indígenas de aquel país.
Red de Turismo Indígena de México (RITA)
Asociación civil que busca incentivar que sus miembros cuenten con el reconocimiento de la ley para la operación de prácticas turísticas impulsadas por comunidades indígenas en todo el país, con las obligaciones y beneficios que esto implica.
Referencias
- Gascón, J., & Milano, C. (Coords.). (2017). El turismo en el mundo rural. ¿Ruina o consolidación de las sociedades campesinas e indígenas? (PASOS edita, nº 18). PASOS, RTPC. https://www.pasosonline.org/Publicados/pasosoedita/PSEdita18.pdf
- Morales González, M. (2008). ¿Etnoturismo o turismo indígena? Teoría y Praxis, 5, 123-136. https://www.nacionmulticultural.unam.mx/empresasindigenas/docs/320.pdf
- RITA. (s. f.). Rita. http://www.rita.com.mx/