Cataluña más allá de Barcelona: cuatro maravillas naturales que no puedes perderte

Congost de Mont-rebei. Fuente: Pixabay | Fotógrafo: Ramon Perucho

A menudo, cuando se piensa en Cataluña, la imagen que viene a la mente es casi siempre la de Barcelona. Y no les voy a negar que es una ciudad increíble que hay que visitar, pero tengo que confesarles que la naturaleza catalana no tiene nada que envidiarle. Sin embargo, no siempre se le da la visibilidad que merece.

Cataluña es un auténtico paraíso natural. A lo largo de su territorio encontramos parques nacionales, espacios protegidos y una gran biodiversidad. Desde los picos escarpados de los Pirineos hasta las calas cristalinas de la Costa Brava, pasando por volcanes, humedales y bosques, el abanico de opciones para los amantes del ecoturismo es inmenso.

Hoy quiero hablarles de esa diversidad y enseñarles cuatro lugares de Cataluña que, además de ser un espectáculo natural, son muy distintos entre sí. Si les gusta la aventura y la naturaleza, quédense en este artículo a conocer un poco más del macizo de Montserrat, el Congost de Mont-rebei, la zona volcánica de la Garrotxa y el Delta de l’Ebre.

La Montaña de Montserrat

El primer plan que quiero proponerles es perfecto para quienes van a Cataluña con intención de conocer Barcelona. Y es que Montserrat es una escapada genial si buscan desconectarse del bullicio de la ciudad o dedicar una parte de su viaje a perderse por un entorno natural sin tener que irse muy lejos.

La montaña de Montserrat está a menos de 50 kilómetros de Barcelona y pueden llegar en poco más de una hora en coche o una hora y media en tren. Una vez allí, entenderán por qué este lugar es tan famoso. Su forma actual, con crestas redondeadas y paredes de piedra, es el resultado de millones de años de erosión que moldearon un antiguo macizo de conglomerado.

Vistas a la Montaña de Montserrat

En el Parque Natural de Montserrat, encontrarán rutas de senderismo para todos los niveles. Una de las más recomendables, especialmente si no quieren complicarse demasiado, es la caminata hasta la Creu de Sant Miquel. Son apenas 3 kilómetros ida y vuelta y las vistas desde allí son espectaculares.

Vistas al valle de Montserrat

Si quieren seguir disfrutando de panorámicas, pueden subir a la Ermita de Sant Joan en el funicular. Les lleva hasta un mirador a 950 metros de altura. Desde allí, pueden disfrutar de vistas a la montaña, el valle y las formaciones rocosas.

No se vayan sin acercarse a conocer el monasterio y la basílica, que están totalmente incrustados en la roca. El acceso es totalmente gratuito y, en su interior, se encuentra la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña y conocida como “La Moreneta” por los catalanes debido al tono oscuro de su piel.

El Delta de l’Ebre

Si tienen pensado visitar el sur de Cataluña, no pueden dejar de pasar por el Delta de l’Ebre, uno de los espacios naturales más auténticos que tenemos. Está en la provincia de Tarragona y es el lugar donde el río Ebro, el más caudaloso y largo de España, se une con el mar Mediterráneo.

La llanura del Delta de l’Ebre ha estado gestándose más de 7,000 años. Con el tiempo, los sedimentos que el río trae consigo han ido creando este mosaico de lagunas de agua salada y dulce, playas vírgenes y humedales. Hoy es una zona donde la agricultura tradicional, la pesca, la vida silvestre y un turismo muy tranquilo conviven en perfecta armonía.

Humedales del Delta del Ebro.

Una de las mejores formas de descubrir su paisaje es a través de las rutas a pie o en bicicleta que cruzan los caminos entre arrozales y marismas. El terreno es totalmente llano, por lo que pueden recorrerlo sin hacer grandes esfuerzos.

Arrozales del Delta de l’Ebre.

Pueden detenerse en alguno de los miradores de aves, como la Tancada o el Zigurat, y disfrutar de las vistas sobre las lagunas. No olviden los prismáticos. El Delta está declarado Zona de Especial Protección para las Aves. De hecho, aquí habitan más de 300 especies. Entre ellas, flamencos, garzas reales y cormoranes.

Flamencos. Fuente: Unsplash | Fotógrafa: Sophie Legtenberg

Si prefieren conocer el Delta desde sus aguas, también pueden dar un paseo en barco por el Ebro desde pueblos como Deltebre o Sant Jaume d’Enveja.

Paseo en barco en el Delta de l’Ebre.

Y no se vayan sin probar la comida local en alguno de los restaurantes de El Poble Nou del Delta, L’Ampolla o Sant Carles de la Ràpita. El Delta es tierra de arroz y mar y, entre sus platos tradicionales, no faltan paellas, arroces caldosos y los buenos mejillones.

El Desfiladero de Mont-rebei

Si están planeando una ruta por el norte de Cataluña, apunten este nombre: Congost de Mont-rebei. En la Sierra del Montsec, justo en la frontera entre Lérida y Huesca, tienen este desfiladero, famoso por ser uno de los paisajes más impresionantes que encontrarán en ambas provincias.

El Congost de Mont-rebei se formó por la erosión prolongada del río Noguera Ribagorzana, que a lo largo de milenios excavó un cañón a través de las rocas calcáreas de la Sierra del Montsec. De este modo, sus aguas azul turquesa se abren paso entre paredes que suben hasta 500 metros. Hoy, podemos recorrerlo a través de un sendero estrecho tallado directamente en la roca que bordea el cañón.

Paredes del Congost de Mont-rebei. Fuente: Pixabay | Fotógrafo: Ramon Perucho

Si les gusta la observación de la fauna, deben saber que el Congost de Mont-rebei ha sido declarado Refugio de Fauna Salvaje. Es fácil ver buitres dando círculos en el cielo y, con suerte, incluso un quebrantahuesos. También es el hogar de nutrias y tritones pirenaicos, aunque es bastante más complicado que dejen verse.

Y lo mejor de visitar el Congost de Mont-rebei es que es un espacio totalmente natural. Aunque la ruta cuenta con algunos tramos equipados con pasarelas y barandillas para facilitar el paso, no encontrarán carreteras que atraviesen el cañón ni cables que rompan el paisaje y pueden disfrutar de un entorno intacto.

La Zona Volcánica de la Garrotxa

Acabamos esta lista de maravillas naturales imprescindibles de Cataluña con el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, en Gerona. Este rincón también es muy conocido en la región y no es para menos. Se trata del espacio volcánico más grande y mejor conservado de toda la península ibérica.

La Garrotxa.

Aquí encontrarán cerca de 40 conos volcánicos y unas 20 coladas de lava, todos ellos muy bien conservados. Estos volcanes comenzaron a formarse hace cientos de miles de años, entre 700,000 y 11,000. Pero no piensen en grandes erupciones. En la Garrotxa, la lava fluyó de forma tranquila y constante, moldeando las colinas y dejando una tierra muy fértil.

Uno de los rincones que no pueden perderse es la Fageda d’en Jordà, un bosque de hayas que crece encima de una antigua colada de lava. Es muy conocido por su cambio de color según la estación. Mi consejo es que vayan en noviembre, cuando los tonos cálidos del otoño se apoderan del paisaje.

La Fageda d’en Jordà en otoño. Fuente: Pixabay | Fotógrafo: María Teresa Martínez

Otra experiencia que pueden vivir en el parque es visitar el volcán Croscat, muy conocido por su forma de herradura y las tonalidades rojas, negras y ocres de sus laderas. Se trata, además, del último volcán que entró en erupción en la zona, hace unos 11,500 años.

Graderías volcánicas del Croscat.

También pueden visitar el volcán de Santa Margarida. Su cráter se ha convertido en una pradera verde y tiene una pequeña ermita en el centro. Mucha gente opta por hacer picnic en esta zona a la hora de almorzar.

Cráter del volcán Santa Margarida. Fuente: Pixabay | Fotógrafo: Marc Pascual

Cerca del parque, tienen pueblos con muchísimo encanto como Santa Pau, famoso por su historia medieval, o Castellfollit de la Roca, ubicado sobre un acantilado de basalto. En ambos, pueden probar la gastronomía catalana y reponer fuerzas tras las caminatas.

Castillo de Santa Pau

Y estos son solo cuatro ejemplos de la increíble biodiversidad que pueden encontrar en Cataluña. La lista es mucho más larga, con lugares como el Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, el Montseny, los 7 Gorgs, el Cap de Creus, la Serra del Montsant o el Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà.

Espero que después de leer esto, les entren ganas de ponerse las botas y descubrir esos rincones naturales que, les aseguro, merecen muchísimo la pena. Cataluña tiene mil caras y los animo a que las exploren todas.

Iria Salcedo: 🇪🇸 Soy periodista y vivo en Barcelona. Trabajo en el mundo de la comunicación digital desde hace ocho años, aunque lo que realmente me apasiona es crear contenidos: escribir, investigar, contar historias, darles forma, buscar o captar la imagen que mejor las acompañe… y, sobre todo, transmitir lo que descubro a través de cada experiencia.
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