Ozumba: entre volcanes, historias y tradiciones

Parroquia de San Vicente Ferrer, lugar donde se bautizó Sor Juana Inés de la Cruz.

En la región suroriente del Estado de México, en los límites con el estado de Morelos, existe un lugar que, a mi percepción, es de los más mágicos de esta región conocida como “de los volcanes”, y es que precisamente el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl son lo único que nos separa del estado de Puebla. Gracias a su ubicación, el pueblo de Ozumba, rodeado de montañas, cerros, volcanes y atravesado por barrancas, es de los pueblos que guarda mayor riqueza cultural, ambiental e histórica de México. No lo digo solo por haber crecido aquí, sino porque realmente este pueblo merece trascender y que sus historias sean compartidas.

Fundado en los últimos años de la época prehispánica y colonizado rápidamente por los españoles durante la época de la Nueva España, el pueblo de Santa María Atzompan (como se llamó originalmente y que significa «Sobre los cabellos del agua» en náhuatl) es hasta el día de hoy una comunidad que se resiste a mezclarse con la modernidad, aunque ya existan algunos toques de ella. Dicha resistencia se da, no porque sea mal vista o porque se esté en contra de ella, sino porque la esencia con la que se fundó el pueblo y que aún persiste genera cierto arraigo y cariño hacia lo pasado, hacia lo que es verdaderamente nuestro y que en un momento fue de nuestros padres y de nuestros ancestros.

Ozumba destaca por ser cuna de los mejores artesanos pirotécnicos de la zona oriente del Estado de México.

Es bello imaginar que por este pueblo, nuestro pueblo, caminaron algunos de los primeros doce religiosos llegados a la Nueva España, dirigidos por fray Martín de Valencia, conocidos como los apóstoles de México; y es que de todo el territorio conquistado, Ozumba fue de las primeras comunidades que recibieron influencia de la orden de franciscanos.

La capilla dedicada a San Francisco de Asís y la parroquia de la Inmaculada Concepción, ubicadas en la cabecera municipal de Ozumba, son testigos mudos de la evolución social del pueblo y fruto de la evangelización en esta zona del Valle de México. Los bellos retablos que guardan en su interior son el ejemplo más claro de que la sociedad ozumbense de aquellos años era bienhechora para la construcción del patrimonio de su comunidad. Hoy en día es todo un placer pasearse por estas edificaciones, levantadas con el propósito de que Ozumba fuera desde entonces una comunidad unida y centrada en sus tradiciones y costumbres, principalmente aquellas forjadas en el marco de la religiosidad y la devoción popular a dos de las figuras más importantes del catolicismo en aquel entonces: San Francisco de Asís, fundador y patrón de la misma orden que se encontraba evangelizando estas tierras, y la Virgen María, en su advocación de la Inmaculada Concepción.

Ex Convento y Parroquia de la Inmaculada Concepción.
Interior de la Parroquia de la Inmaculada Concepción.
Inmaculada Concepción, patrona de Ozumba.

Yendo hacia el sur, en la comunidad de Chimalhuacán-Chalco, más antigua que Ozumba, fundada por algunos grupos chichimecas y que en el momento de la conquista se convirtió en bastión de la orden de Santo Domingo, también llamados dominicos, encontramos uno de los primeros templos fundados por la orden en territorio novohispano, el templo y ex convento de San Vicente Ferrer, que ahora es un referente para la historia del arte y la literatura novohispana porque ahí fue bautizada la mismísima Sor Juana Inés de la Cruz, «El fénix de América» o «La Décima Musa», religiosa famosa por su poesía y escritos en tiempos de mucha dificultad para el desarrollo de la actividad por parte de las mujeres.

Resulta que Sor Juana es prima de José Antonio Alzate, uno de los científicos novohispanos más sobresalientes. Sacerdote y primer mexicano en pertenecer a la Academia de las Ciencias de París. Primero en observar el paso de Venus en el disco solar e inventor del sistema que ahora ocupan las tazas de baño. Nacido, bautizado y crecido en Ozumba, razón por la que la cabecera municipal se llama Ozumba de Alzate. Paradojas de la historia y de esta tierra. Ozumba así lo quiso y no nos podemos contraponer a ello.

Desde su fundación, Ozumba siempre ha sido un territorio tradicional, donde, a pesar de las épocas, de los años y de las circunstancias, el hermetismo por la originalidad se hace cada vez más latente. Para ello es preciso hablar del tianguis tradicional, el “mercado ambulante” más antiguo y más grande de la Zona Oriente del Estado de México, a donde llegan vendedores de Puebla, Morelos, Tlaxcala, Ciudad de México y los pueblos cercanos a Ozumba. Y que a pesar de las circunstancias se pone todos los martes y viernes, ocupando casi la totalidad del pueblo, siendo un referente para el desarrollo económico de la comunidad y de quienes participan en este ejercicio; es tan antiguo que se dice que sus primeros comerciantes eran tribus de la zona del lago de Chalco que rendían tributo a la gran ciudad de Tenochtitlan; es tan grande que se dice que el tianguis fue el portavoz en esta zona de la noticia de un cura rebelde en la provincia de Guanajuato que soñaba con libertad y justicia para todos por igual. Ya que, al tener comerciantes venidos de tantos lados, en este tianguis se vaciaban y corrían las noticias del movimiento de Independencia. Es tan majestuoso que fue usado como centro de reclutamiento y centro de abasto de víveres tanto para las tropas federales como para las del ejército zapatista, sobre todo después de la muerte de Madero. Ozumba era la línea divisoria entre el estado de Morelos, tierra del caudillo del Sur, y el camino hacia la capital, en manos del ejército federal.

Es increíble todo lo que un pueblo te puede hacer sentir, pensar, recordar y soñar; el orgullo de ser ozumbense va más allá de una idiosincrasia. Se materializa en lo que se hace; por lo que es nuestro y aquí seguiremos, hablando, sintiendo y soñando por nuestra querida tierra.

Si tú, amable lector, has sentido lo mismo que yo al escribir estas líneas, entonces no lo pienses más; te invito a hablar, sentir y soñar juntos. Ozumba te está esperando como quien espera al mejor de los invitados. Aquí nos vemos.

Alain Reyes: 🇲🇽 Originario de Morelos, con formación en turismo y gastronomía. Ha sido chef, catedrático y director de turismo. Destacado por su trayectoria en el sector turístico y gastronómico en México y el extranjero. Reconocido como joven líder en 2019 y galardonado con el Premio Nacional de Turismo en 2022.
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