Maximiliano es la excusa. Innsbruck, Los Alpes, la gastronomía o el romanticismo, las razones para visitar Austria

Innsbruck, Austria.

La huella de Maximiliano en Innsbruck, capital del Tirol, es la razón por la que muchos visitantes acuden cada año a Innsbruck, la ciudad austriaca en la que el emperador pasó largas temporadas y que convirtió en capital del reino, llenándola de monumentos históricos y llevándola a vivir su época dorada. Una ciudad que en el 500 aniversario de su fallecimiento no olvida al, también conocido como, “ultimo caballero”, por cuya tumba sin cadáver desfilan miles de personas admirando el mausoleo, rodeado de imponentes estatuas de bronce –los hombres negros- que el ideó para su monumento fúnebre.

Mausoleo de Maximiliano.

Maximiliano encargó a artistas internacionales el diseño del monumento que refleja la magnitud de su papel en la historia de Europa. Los hombres negros no son sino distinguidos miembros de su familia que habían destacado por sus actos heroicos. Entre ellos incluyó a sus dos esposas, María de Borgoña y María Sforza, a pesar de que con la segunda únicamente se casó por el importante dote que aportaba al matrimonio.

El Tejadillo de oro, otro de los puntos más visitados de la ciudad, y ahora ya sin barreras arquitectónicas, forma parte del museo ubicado en el mismo edificio. Una bella bóveda cubierta de 2,657 tejas de cobre doradas al fuego que arropa misterios como la verdadera razón por la que aparecen dibujadas unas nalgas desnudas, que algunos atribuyen a la venganza de los artistas que no recibieron la paga acordada. La vida y obra del emperador, no precisamente discreto ni prudente, serán parte de la exposición temporal que a lo largo de este año de celebración exhibirá.

Tejadillo de oro.

Lo cierto es que gran parte de los 130 edificios antiguos del casco antiguo  proceden de la época de Maximiliano y que 500 años después de su muerte, Innsbruck, capital tirolesa, es un lugar joven, rodeado de un entorno natural alpino con una amplísima oferta deportiva, y moderna. Culpa de esa modernidad la tiene la arquitecta anglo- iraquí Zaha Hadid que con sus trabajos para el funicular Hungerburg y el trampolín de salto de esquí Bergisel logró que el mundo viera a Innsbruck con ojos renovados.

Funicular Hungerburg.

Las obras de la fallecida Hadid son una manera de acercarse físicamente  a la naturaleza austriaca, de soñar con los Alpes y sus refugios. Una invitación a contactar con la naturaleza en estado virgen y lejos de ruidos. A moverse sin límites. A soñar y fantasear. Los refugios alpinos, a veces agazapados entre la vegetación o grandes rocas, abren camino a excursiones y rutas en bici, permiten tutear a la naturaleza y hasta comérsela en forma de tragos de leche fresca, puñados de bayas recién recogidas o bocados de queso hecho en granjas vecinas

Granja en Tirol.

Todas las estaciones del año son atractivas en Tirol. Si marzo abre la puerta a la primavera, octubre llega tiñendo las laderas de las montañas de amarillo y naranja para dar después paso a la nieve que esconde el paisaje para presumir de su manto blanco. Y sea en la época que sea, es irreverente abandonar el país sin haber probado su Apfelstrudel, postre  típico de Europa Central, especialmente de Austria un país de variada gastronomía con influencias de sus países vecinos. La gastronomía alpina es muy creativa como ha demostrado serlo Andreas Döllerer, el chef galardonado por la guía GaultMillau y uno de los pioneros de este innovador movimiento culinario que tiene su restaurante, el Döllerer, en Golling, cerca de Salzburgo donde sirve platos como como el «Alpine Jakobsmuschel» (vieira alpina).

«Alpine Jakobsmuschel» (vieira alpina).

Pero si la razón de visitar Austria es gastronómica, es obligatorio visitar Graz y sumarse a uno de los tours que incluyen visitas por las cervecerías locales y degustaciones. No faltan restaurantes donde comer magníficamente en esta capital gastronómica que albergará en 2019 una serie de eventos emblemáticos como el Food Festival , del 14 al 24 de agosto día en el que tiene lugar el Lange Tafel ,o gran banquete de 700 comensales y 27 chefs. Graz, situada en el centro de una zona rodeada de viñedos con el que se elabora el vino de Estiria, confía en los productos regionales y apuesta por una atrevida y creativa gastronomía de vanguardia. Y por si no fuera suficiente, Graz tiene un romántico casco antiguo, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

Graz.

De romances, de música, melancolía y filmografía saben mucho otras dos ciudades austriacas, mucho más visitadas: Viena, la capital, y Salzburgo. Entre ambas discurre la denominada “ruta romántica” de casi 400 km con los paisajes más bonitos del país, magníficas vistas  panorámicas y poblaciones que esperan a ser descubiertas.

Araceli Viqueira: 🇪🇸 Despierta imaginaba visitas a lugares desconocidos hacia los que no sabía dirigir mis pasos. El tiempo, el mismo que a veces perdemos, y la curiosidad innata han sido mis aliados. Por fortuna, combinar trabajo y placer hace más fácil mantener la misma ilusión que hace décadas.
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