Desde la creación en 1969 de COPESCO, se priorizó la puesta en valor de los recursos culturales más importantes, principalmente en la región Cusco, producto de los cuales los turistas que visitaban Machu Picchu podían hacerlo en condiciones que protegían su salud y vida, juntamente con la de nuestro valioso patrimonio cultural.
Las fuentes de financiamiento las gestionaba en ese entonces el MITINCI (actualmente el MINCETUR) y provenían principalmente de donaciones como las de la UNESCO. No es hasta el año 2002 que se crea un impuesto extraordinario de quince dólares para todo aquel viajero que ingrese al Perú por vía aérea, Ley 27889. El fondo acumulado con dicho impuesto es ejecutado por PROMPERU (70%) y COPESCO, hoy Unidad Ejecutora de Inversiones de Comercio Exterior y Turismo-UICET (30%). Al 2025, según el último plan anual aprobado, el Fondo cuenta con un presupuesto de 229 millones de soles (64 millones de dólares, aprox.).
Sin embargo, dicho fondo es insuficiente para poner en valor los cientos de miles de recursos naturales y culturales con que cuenta el Perú: 16.° lugar en recursos naturales y 23.° en recursos culturales, según el Foro Económico Mundial, que mide la competitividad en turismo en 117 países del mundo (al 2024).
Mientras que los recursos que gestiona COPESCO (hoy UICET) al 2025 apenas representan el 0.001% del presupuesto para proyectos del Perú (93 millones -26 millones de dólares-), la situación es similar en las municipalidades (131 millones -36.7 millones de dólares-) y gobiernos regionales (140 millones -38.5 millones de dólares-); en total, 373 millones versus 66 mil millones de soles de toda la inversión nacional (106 millones de dólares versus 19 mil millones de dólares); por lo que es fácil deducir que las brechas en acondicionamiento turístico seguirán muy altas, impactando directamente en la calidad de la prestación de servicios públicos donde los turistas ya llegan, o perdiéndose por la destrucción de tantos otros recursos, que de estar puestos en valor seguirían enorgulleciendo a los peruanos por la historia que encierran y porque estarían generando ingresos directos para la población local.
De acuerdo con el MEF, el acondicionamiento turístico es la puesta en valor de los sitios naturales y culturales que se encuentren inscritos en el inventario de recursos turísticos que lo tramitan los gobiernos regionales, validados por el MINCETUR, y pueden incluir embarcaderos, accesos al recurso, malecones, iluminación, espacios para la comercialización de artesanías, recuperación y conservación del patrimonio cultural con calidad de público y toda otra obra que permita a los turistas y visitantes el disfrute durante su recorrido. Y esta inversión está plenamente justificada con los 4,500 millones de dólares que actualmente aportan en divisas los turistas extranjeros que visitan el Perú.
Desde mi perspectiva, cuatro serían los principales factores que están impidiendo la puesta en valor: la larga lista de requerimientos del Ministerio de Cultura y del Ambiente; la ausencia de profesionales con el expertise en acondicionamiento turístico en los gobiernos regionales y locales; la ausencia de saneamiento físico legal; y el poco atractivo de los proyectos de inversión en turismo porque no superan el promedio de otro tipo de intervenciones que ejecutan las entidades públicas.
Soy testigo de primera fuente de cómo el Ministerio de Cultura ha impedido la ejecución del proyecto “Alto Utcubamba”, cuyo convenio iba a permitir que el MINCETUR financie y ejecute las obras de acondicionamiento y puesta en valor de diez recursos, entre ellos continuar con la conservación de Kuélap. Aunque el proyecto fue viabilizado en el año 2012 (el cual ya venía, además, con más de seis años de formulación), el convenio recién se suscribió el año 2015, no sin antes reducir de diez a solo dos recursos para su intervención. Pero lo más lamentable fue que al final no se llegó a ejecutar ninguna de dichas intervenciones, poniendo en riesgo de desplome, como sucedió en cierto sector, tan valioso patrimonio cultural. Y el SERNANP. Adscrito al MINAM, también presenta una larga lista de condiciones y requerimientos que acrecientan los impedimentos para agilizar las inversiones.
En cuanto al expertise para la formulación y ejecución de proyectos en turismo, es larga la lista de profesionales, técnicos y administrativos con alto grado de conocimiento y experiencia en múltiples tipos de obras, lo cual es casi imposible de lograr en entidades con alta rotación de personal, como se observa en la mayoría de las entidades públicas. Y la necesidad de contar con predios debidamente saneados también pasa por contar con los profesionales idóneos, con experiencia en dichas actividades y con autoridades diligentes.
Finalmente, montos pequeños de inversión. El monto de inversión más alto ejecutado por COPESCO asciende a 146 millones de soles -40.95 millones de dólares- (proyecto Yarina Cocha CUI 2134075). Sin embargo, el promedio de las inversiones ejecutadas actualmente no ha superado los 20 millones de soles (5.6 millones de dólares), montos ínfimos frente al promedio de obras ejecutadas en otros sectores.
En conclusión, el acondicionamiento turístico de los sitios naturales y culturales es un elemento crucial para el desarrollo del turismo en el Perú, por lo cual se hace necesario llamar la atención de los alcaldes y gobernadores regionales para que prioricen la ejecución de proyectos de inversión para la puesta en valor de los sitios naturales y culturales, teniendo en cuenta que el retorno en calidad de atención a los turistas y su contribución económica a las economías locales superan todo otro tipo de proyecto.