Las bodas simbólicas, como un medio de celebración de la unión de una pareja, han cumplido múltiples funciones culturales, espirituales y emocionales en diversos momentos histórico-culturales del desarrollo de las sociedades humanas. En las antiguas civilizaciones, estos rituales se vinculaban estrechamente con los elementos de la naturaleza apegados a diversas creencias primigenias, las cuales, con el transcurso del tiempo, fueron evolucionando de la mano de la expresión de las necesidades humanas.
En el caso de México, la celebración de bodas simbólicas se vincula a un origen ancestral acorde a la cosmovisión de los pueblos originarios. Estas ceremonias se interpretaban como rituales de pactos sagrados y comunitarios celebrados por los guías espirituales, en los que se incluían diversos elementos simbólicos como el fuego y el copal, y ofrendas de cacao y maíz para las fuerzas supremas y entidades divinas.
En el contexto contemporáneo, las bodas simbólicas resurgen como una propuesta versátil de gran adaptabilidad ante la rigidez de los formatos institucionalizados, favoreciendo el desarrollo de experiencias románticas a partir de diversos rituales de tradición ancestral que llegan hasta nuestros días inmersos en un continuo proceso de adaptación a las nuevas maneras de celebración nupcial, y fomentando de manera paralela la creación de realizaciones innovadoras inspiradas en la multiculturalidad y en las tendencias ideológicas.
A finales de los noventa, las bodas simbólicas empiezan a visualizarse como un elemento del turismo de romance en los principales destinos de playa mexicanos, propuesta de servicio que prosperó como resultado de diversas condiciones como las escasas facilidades de instituciones civiles y religiosas para celebrar bodas en los nuevos contextos socioculturales, la complejidad de gestiones administrativas en bodas destino de nacionales y extranjeros, la creciente diversidad de formas de vivir y expresar la espiritualidad de los celebrantes y las tendencias en experiencias festivas acompañadas de nuevos formatos de celebración nupcial.
La magia de una boda simbólica
Una boda simbólica es una celebración emotiva configurada para solemnizar el cumplimiento del compromiso de unión. Puede entenderse como una realización sensitiva conformada por uno o varios rituales que permiten vivir una experiencia memorable del enlace, desarrollada a partir de la inspiración libre y espontánea de la pareja de enamorados, y dirigida a partir de sus valores e ideas compartidas.
Esta propuesta de realizaciones se lleva a cabo para festejar y solemnizar enlaces matrimoniales en formatos versátiles con protocolos personalizados que favorecen hacer de ese momento de unión una experiencia única e irrepetible. Las bodas simbólicas favorecen una gran apertura e inclusión a diversas formas de expresar, sentir y vivir el amor de la pareja. Permiten la inclusión de conceptos usualmente disímbolos, conciliando preceptos ideológicos de tradiciones espirituales diversas en una misma realización, validados por la pareja de contrayentes, quienes eligen de esta manera especial legitimar su unión.
De esta forma, las bodas simbólicas presentan una propuesta versátil a los diversos conceptos de enlace concebidos por la pareja misma; son los propios contrayentes quienes eligen cómo solemnizar su alianza. Esta cualidad ha generado una gran aceptación de este género de celebraciones, debido a que, a partir de las ideas sustanciales manifestadas por los novios, se logran realizaciones festivas únicas en locaciones extraordinarias, acordes a la libertad de sentimiento y expresión del amor de la pareja.
La inspiración como esencia en las bodas simbólicas
El formato de una boda simbólica presenta una gran pluralidad de fuentes de inspiración, acorde a la plasticidad de concepción ideológica y apertura espiritual de la pareja. Algunos países presentan opciones completamente laicas basadas en un humanismo con tintes románticos o inspiradas en personajes famosos y contextos fantásticos; pero en el caso de México, como resultado de su gran diversidad cultural, reminiscencia de la cosmogonía ancestral de los pueblos originarios y un eclecticismo espiritual que caracteriza su cultura, se identifica una versatilidad en las fuentes de inspiración como nativo ancestral, religiosa, humanista, espiritual, naturista y ecléctica o alternativa.
Las ceremonias nativo ancestrales, conocidas como “bodas mayas”, “bodas zapotecas” y algunos otros nombres que las vinculan a su arraigo cultural, son celebraciones profundamente simbólicas que honran la sabiduría de las raíces del pueblo mexicano, incluyen preceptos cosmogónicos que enfatizan el vínculo con la tierra y los ancestros, la dualidad, el flujo energético y el agradecimiento a las entidades sagradas mediante ofrendas regularmente de copal, maíz y cacao.
Por su parte, las celebraciones de inspiración religiosa atienden los preceptos y valores comunes del pensamiento judeocristiano en sus distintas confesiones, permiten reconocer el amor como un don divino y adecuar el concepto religioso de solemnización a las características particulares de la pareja, como pueden ser segundas nupcias o diferencias en los matices sincréticos de profesar su fe.
La inspiración humanista destaca la trascendencia social de la unión de una pareja, subrayando la virtud moral y emocional del vínculo matrimonial para el ser humano, reconociendo la aportación de la familia al constructo social sin aludir a conceptos ajenos a la visión racional y emotiva del vínculo. Mientras que la naturista subraya la participación de la naturaleza como creadora y rectora del todo, reconciliando la relación del ser humano en todos los aspectos del ciclo de vida con el entorno natural y sus elementos.
Los conceptos nupciales inspirados en la espiritualidad se orientan a principios inmateriales que acompañan la vida del ser humano desde una perspectiva holística; retoman los conceptos de energías y entidades supremas comunes en diversas tradiciones espirituales. Y finalmente, las bodas simbólicas eclécticas o alternativas presentan una combinación armoniosa de diversos elementos sin apegarse a algún paradigma, favoreciendo propuestas auténticas a partir de motivaciones específicas no convencionales de los contrayentes.
La trascendencia de las bodas simbólicas en el turismo
Las bodas simbólicas presentan una propuesta auténtica de servicios en el turismo de romance, que permite ampliar el catálogo de experiencias de este segmento a partir de la creación de protocolos de celebración únicos dentro de una pluralidad de aspectos ideológicos o espirituales que pueden revalorar la autenticidad del patrimonio natural y cultural de los destinos, favoreciendo el involucramiento de una gran diversidad de proveedores en la gran cadena de valor inmersa en su realización.