El sector turístico global es plenamente consciente del momento de transformación que atraviesa. Así como la infraestructura física y la conectividad terrestre han sido históricamente determinantes para la competitividad de un destino, hoy nos enfrentamos a una reestructuración digital impulsada por la inteligencia artificial (IA).
No se trata de una moda pasajera, sino de una herramienta que, bien gestionada, tiene el potencial de dinamizar la industria y fortalecer tanto a las grandes cadenas como a las pequeñas y medianas empresas turísticas en todo el mundo.
La prueba más contundente de este cambio es cómo los destinos que lideran el mercado están integrando datos para la toma de decisiones. Sin embargo, la adopción de estas tecnologías debe ir acompañada de una visión estratégica. A mi criterio, no basta con implementar tecnología por moda; es necesario comprender la realidad de la situación y cómo estas herramientas pueden mejorar lo que ya existe en términos de servicios y experiencia del visitante.
¿Un cambio de paradigma en la atención al turista?
La llegada de la IA ha generado cierta incertidumbre en gran parte del sector turístico, especialmente en lo referente al talento humano. Existe la preocupación de si la automatización desplazará puestos de trabajo. Sin embargo, la consigna no debe ser el reemplazo, sino la optimización de procesos.
La IA ofrece oportunidades claras para elevar la competitividad de los destinos:
- Personalización de la oferta: Permite transformar los recursos y datos dispersos en productos turísticos hechos a la medida del visitante, analizando patrones de consumo y gasto turístico con una precisión que antes era imposible.
- Mejora en la conectividad y flujo: Al igual que un moderno sistema de transporte facilita los traslados físicos, los algoritmos predictivos facilitan el «traslado digital», anticipando cuellos de botella en aeropuertos o saturación en atractivos culturales, permitiendo una gestión de flujos más eficiente.
Propuestas a futuro y planificación necesaria
Es evidente que el sector necesita implementar una hoja de ruta clara respecto a la tecnología. La incorporación de la IA no puede ser aislada; requiere un trabajo de participación de varios actores y sectores (público, privados, comunidad, academia) para que su gestión sea rentable y sostenible en el tiempo.
Para que la IA sea un verdadero motor de desarrollo y no un obstáculo, varios analistas y empresas sugieren trabajar directamente en los siguientes puntos:
- Investigación de mercados basada en datos: Utilizar la IA para entender la demanda real y crear nuevos productos turísticos que respondan a lo que el turista extranjero y nacional busca hoy, más allá de la oferta tradicional.
- Capacitación del talento humano: Es urgente ejecutar un plan de formación integral para que los operadores turísticos no vean a la tecnología como una amenaza, sino como un soporte para mejorar su calidad de servicio.
- Ética y privacidad: Establecer directrices claras sobre el manejo de la información de los turistas para mantener la confianza en el destino.
No cabe duda de que la actividad turística es vital para la economía, y la tecnología es el nuevo territorio a planificar. El éxito de esta integración dependerá, nuevamente, de la voluntad política y del empoderamiento de las organizaciones para poner en valor no solo nuestros recursos naturales y culturales, sino también nuestra capacidad de innovación.
