playa contaminada

Taleb Rifai alguna vez dijo: “El turismo puede seguir creciendo y ser un peligro para el mundo, o puede seguir creciendo con buena salud y contribuir a un planeta más limpio”. A partir de aquí es que quiero comenzar a separar ambas partes: el desarrollo de los pueblos, ciudades, destinos y demás beneficiarios de esta industria, y el del caos que ésta misma provoca, claro que siempre y cuando no sea controlada.

Vemos ciudades tan importantes y de primer mundo que han sido afectadas por este fenómeno, como es el caso de París, Venecia y Barcelona, o sitios arqueológicos como la isla de Pascua, Machu Picchu, y aún más cerca, Chichén Itzá aquí en México. Sin irnos tan lejos y a los extremos, cerca, tenemos un ejemplo muy claro de lo que pasa cuando un destino no mide su capacidad de carga, o más bien no quiere hacerlo: Sayulita.

Esta afrodisiaca playa situada en las costas del estado de Nayarit, preferida por turistas extranjeros y especialmente por estadounidenses, no hace mucho que llegó hasta su punto de quiebre. Dada la saturación de llegadas, Sayulita, ha presentado problemas graves como lo son el abastecimiento de agua potable, la trata de aguas negras y el manejo inadecuado de toneladas de basura diariamente. Éstos son sólo algunos de los problemas que se causan por el turismo masivo.

Claro que la población residente se beneficia económicamente al haber más turistas, por ende habrá mayores ventas, la capacidad hotelera estará al máximo, los restaurantes a reventar, tiendas de souvenirs venderán su mercancía; hasta la tiendita de la esquina obtendrá un aumento en sus ingresos, pero ¿a qué costo? Nos estamos acabando nuestros recursos solo por nuestra ambición, el ser humano por inercia siempre ha buscado más: más poder, más espacio, más control, más amor, más emociones, y por supuesto más dinero. Todo esto es lo que nos hace comportarnos así sin importar el desgaste o la afectación a nuestro planeta.

Dirán ustedes, «esto suena algo exagerado», pero siendo realistas no lo es, pensemos un poco acerca de esto: la métrica de personas que habitamos en el planeta es una cantidad mucho mayor al punto de equilibrio que sostiene la ciencia que debería de ser para que con los recursos que tenemos, podamos subsistir fácilmente sin hacer abuso de éstos.

Pero ¿qué pasa cuando esa cantidad no es la apropiada? Pues muy simple, comienza a haber desajustes en los recursos, iniciamos por explotar la tierra, las aguas, contaminar sin excesos, extraemos aguas de lugares que no debemos, construimos en lugares inseguros, cazamos de más, no dejamos que el ciclo de vida se complete, y muchas acciones más que repercuten en nosotros mismos. Bien dicen por ahí “cada quién cava el pozo donde quiere ahogarse”, y es bien dicho, porque eso justamente estamos haciendo con nuestro planeta, nos lo estamos acabando cada vez más rápido, e incitamos a otros a hacer lo mismo por si no fuera poco. Es como si compráramos un pastel para ocho personas todos los días, pero al día siguiente llegara un invitado, las porciones tendrían que disminuir cada vez más, hasta llegar a porciones diminutas, o a desaparecer. Eso justamente pasa con los recursos de la tierra, cada vez somos más, y entonces lo que se tiene que hacer son más pasteles, es decir, reforestar, cuidar el agua, no contaminar, no quemar, darle un trato responsable a la basura, cuidar la naturaleza, ser sustentables con nuestros recursos.

Comenzamos hablando de cómo el turismo ayuda o perjudica a las comunidades; es aquí cuando nos damos cuenta de cuán cierta es la frase del señor Taleb Rifai citada al principio, suena bastante lógica, ¿no lo creen? El turismo es solo una actividad, que por sí sola no hace ningún daño, el mal lo hacemos nosotros como turistas, como operadores irresponsables, como gobiernos ineficientes y corruptos y también como seres humanos, por nuestra contaminación desmedida, por ser tan inconscientes y creer que porque voy a algún destino y contamino allá no tendré consecuencias en mi ciudad.

Ahora, conociendo el contexto y generalidades, ¿Cómo podemos evitar este problema del turismo masivo? Yo te tengo dos propuestas:

  1. Visita otros lugares. ¿Por qué ir a destinos tan concurridos por todos? Habrá mucha gente de seguro y estará a reventar por todas partes, mejor buscar un lugar tranquilo, será más barato y relajante, además de que apoyarás al desarrollo de la comunidad.
  2. Sé un turista responsable. Si visitas lugares donde apenas y se puede caminar, trata de reducir tu huella ecológica, es decir, tira la basura donde debes, utiliza la menor cantidad de basura que se pueda, sin plásticos, popotes ni bolsas gruesas.

A manera de conclusión, puedo decir que el turismo es la actividad más feliz del mundo, pero no debemos dejar de lado el cuidado de nuestro planeta. Aprendamos a disfrutar del turismo sin destruir nuestro hogar.

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Por Ulises Aguilera

"Lo único que se interpone entre tú y tu objetivo es la historia que te sigues contando del por qué no puedes lograrlo" - Jordan Belfort.

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