Ecoturismo

En el artículo anterior «Turismo sostenible, sustentable y responsable: ¿Son lo mismo?» ya vimos algunas características generales del megagrupo que ampara a otros tipos funcionales turísticos, todos ellos con énfasis en la experiencia, la personalización y el medioambiente.

Debido a sus fortísimas ventajas competitivas en tiempo de pos pandemia, es conveniente llamar la atención sobre el ecoturismo, tipología que reúne y combina perfectamente las principales demandas que busca el comprador actual.

Entre otras y destacando:

  • Espacio abierto y aire circulante.
  • Amplia distribución humana en el atractivo.
  • Posibilidad de actividad física.

Estas fortalezas -que no son exclusivas- determinan una potente invitación al gasto de ocio y turismo en favor del ecoturismo.

Del turismo al turismo sustentable

Según la Organización Mundial del Turismo, los principios que definen a ese gran paraguas llamado Turismo Sostenible, homónimo de Responsable y Sustentable son:

  • Planteamiento del desarrollo turístico planificado y gestionado de forma que no cause serios problemas ambientales o socioculturales.
  • Conservación de los recursos naturales y culturales para poder disfrutarlos en el futuro y al mismo tiempo, reportando beneficios en el presente y en el futuro.
  • Mantenimiento y mejora de la calidad ambiental.
  • Búsqueda de la satisfacción de los visitantes al mismo tiempo que el destino mantiene el prestigio y potencial comercial.
  • Reparto de los beneficios que el turismo genera entre toda la sociedad.

Así las cosas, el ecoturismo recibió un fuerte impulso por un cambio de conciencia respecto del modo de vida que llevamos, con énfasis en abandonar el consumismo y pasar a un racionalismo desde adentro, es decir, como personas en el día a día de nuestra existencia y en medio de los diferentes ambientes que como individuos nos desarrollamos, la casa, la oficina, el transporte, nuestras reuniones sociales, etc.

En el que se conoce como el “Informe Brundtland” en honor del noruego que fue presidente de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo «Nuestro futuro común» (4 agosto 1987), aparece por primera vez el concepto de desarrollo sostenible, basado en la preservación del medio ambiente y el consumo prudente de los recursos naturales.

Pero no fue sino hasta la Segunda Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro (1992), donde se amplía este concepto que fue evolucionando hasta lo que hoy está implantado con estos 3 pilares fundamentales:

  • Área ambiental (neutra)
  • Área social (aceptable)
  • Área económica (rentable)

Con sus posibles áreas de interacción y contacto entre cada gran grupo, como lo podemos ver en el gráfico, se nos permite deducir que solamente la interacción de las 3 áreas definen la sustentabilidad.

3 áreas de la sustentabilidad

Y que impone, por ejemplo:

  • Preocupación por reciclar.
  • Procurar la eficiencia energética.
  • Consumir productos del medio.
  • Cultivar nuestros propios alimentos, etc…
  • Pero la que más nos interesa… respetar las formas y costumbres de los demás.

Ya que implica que esa misma actitud de comportamiento implantada en nuestro entorno diario, la llevemos cuando viajemos y nos convirtamos en turistas como el mejor contrapeso (si no el único) de combatir el turismo masivo (llamado también sobreturismo) que es asumido como aportante de grandes problemas, entre otros:

  • Degradación del medio ambiente.
  • Dependencia económica.
  • Dislocación social.
  • Pérdida de patrimonio cultural, etc.

Por ello, en definitiva el ecoturismo plantea una serie de buenas prácticas para que viajar no sea sinónimo de contribuir al deterioro del sistema y mejorar la huella ecológica.

Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo sostenible se define como «el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas»  que es base para la creación de la Sociedad Internacional de Ecoturismo que promueve e impulsa estas características:

  • Favorece la conservación de la biodiversidad.
  • Influye en la creación de parques naturales y áreas protegidas.
  • Contribuye a centrar la atención en las especies en peligro de extinción.
  • Fomenta una mejor comprensión de los visitantes sobre las poblaciones locales.
  • Promueve la ética medioambiental positiva y anima a su práctica.
  • Se orienta al medio ambiente, no en cubrir las necesidades específicas del visitante.
  • No degrada los recursos naturales y culturales.
  • Persigue el mínimo impacto ambiental.

Un error de concepto muy común y mucho más grave todavía es que asumimos que, por ejemplo, el simple hecho de tener la hostería en el campo ya es garantía para la etiqueta de ecoturística. ¡No se equivoque! ¡La iniciativa no se duerme! Si el dinero es la herramienta, la creatividad es el motor y la competencia nunca duerme. Ya hay en el mundo productos turísticos ecológicos basados en súper-hoteles urbanos de grandes marcas hoteleras que han sabido posicionarse en el mercado.

Y digo esto porque si su negocio no despega en el potencial que usted cree tener, probablemente se deba a que no ha logrado calibrar su oferta con el perfil del ecoturista, cada día más informado por su facilidad tecnológica base 24/7.

Si el comprador no ve armonía (palabra clave) en su web, entre lo que usted ofrece y los principios que dice aplicar, ni siquiera lo contactará y asumirá (sin pena) que es engaño.

Desde lo responsable, valdría la pena por tanto, revisar ese perfil del comprador para contrastarlo con lo que usted dice ofrecer a efectos de pulir las acciones de operación y mercadeo. Evidentemente no serán ni todas o ninguna. Usted es el amo de su producto:

Principales hábitos del ecoturista

  • Cuida la naturaleza. Respeta los ecosistemas y colabora en su cuidado evitando generar malgasto y basura. No pone en riesgo la vida salvaje, detesta el maltrato animal y del ecosistema por lo que no compra souvenirs hechos con partes de animales o plantas.
  • Elige medios de transporte sostenibles en cuanto colectivos, eficientes y limpios (autobús o bicicleta).
  • Alimentación: Está dispuesto a experimentar comidas y bebidas típicas y autóctonas de la zona, con predilección a lo natural, sin químicos.
  • Impulsa la compra a las empresas que tienen, promueven y garantizan sus mismos valores. Es implacable con el engaño.
  • Consciente: Prefiere botellas reutilizables y/o lleva su propia cantimplora. También lleva tu propia toalla para evitar que gasten en su nombre agua y detergentes que son muy contaminantes. Si necesita, usa cremas solares ecológicas que no dejen residuo.
  • Respeta y quiere conocer las tradiciones, valores, costumbres y patrimonio del lugar que visita.
  • Planificador: Evita los tumultos y gusta viajar en temporada baja a establecimientos de baja o mediana capacidad.
  • Colaborador: Lleva consigo pilas recargables y prefiere energía solar. 
  • Recicla si está a su alcance, caso contrario, evita producir residuos.
  • Ahorra: apoya con duchas cortas porque sabe que el agua es un bien escaso.  Se fija si los focos son ahorradores y no se callará de sugerirlo de no haberlos.
Video: Ecoturismo
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Por Alvaro Moreno Pérez

🇪🇨 Ing. de Empresas con 40 años de pasión y experiencia en turismo a nivel internacional, tanto de tráfico receptivo como de exportación y variedad de productos. Desempeño en todos los niveles de funciones operativas, administrativas y control, dentro de empresas especializadas hasta niveles de máxima responsabilidad. “Es de locos hacer lo mismo y esperar resultados diferentes” (Einstein)

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